martes, 6 de septiembre de 2011

Ruta 226

Óleo - 60 x 50 cm - 2006

Imágenes idealizadas - por Rosa Faccaro


La visión romántica de Jorge Melo se evidencia por el poder evocativo de sus imágenes, el clima palpitantes de tonos atemperados e intermedios que incluye el tema a representar, incita a estados de rememoraciones imaginarias, más que al respeto textual del modelo. Esta visión le hace recrear una imagen idealizada y singular que define su individualidad en la pintura.
Sus intuitivos análisis formales están cercanos a un lenguaje de abstracción, donde la figuración posee características de una visión ensoñada.
Su calidad de oficio, hace de Jorge Melo un pintor que rememora en sus trabajos la maestría de los que sentaron un nombre en nuestra pintura. Estamos en presencia de una obra realizada con autenticidad, que no acelera la búsqueda de un milagro pictórico, pero que se detiene a una acción elaborada en el tiempo, factor importante en las expresiones plásticas.

Milonga rante

Óleo - 50 x 80 cm - 2008

Milonga en Barracas

Óleo - 60 x 80 cm -2006

Milonga del centro

Óleo - 120 x 90 cm - 2007

Más de lo mismo

Dibujo con pegatina - 80 x 100 cm - 2002

Los rostros del puto paco

Óleo - 150 x 200 - 2007

Las malditas mulas

Óleo - 150 x 150 cm - 2006

Osiris Chiérico - crítico de arte

Jorge Melo es ante todo un hombre hondamente afectivo, una forma de su temperamento que conocen muy bien todos sus amigos, sobre todo los viejos, con los que sabe alimentar una nostalgia de ninguna manera negativa o melancólica, sino una nostalgia vitalista que le sirve para hacer del pasado un presente siempre activo. Esto en el plano de la pura amistad: en cuanto a su proyección sobre su obra, todo aquello permanece, actúa, más acá o más allá de la superficie como alguna vez quiso explicitarlo en palabras – creo que fue en el catálogo de su exposición de 1979- diciendo, confesando: “Hoy trato de recuperar las cosas que me rodean; creo que en fondo siempre estuvieron a pesar de mi incursión en lo informal”. Una incursión de la que ha regresado hace tiempo ya, pero sin cambios en sus trasfondos, intacto a si mismo. Es cierto que su color, en sus últimas obras, aparece como contenido, severo, por momentos grave, pero acaso esto sea sólo otro sesgo de su individualidad. Esa cualidad de su color más reciente, se ilumina sin embargo en otros trabajos, sometidos de siempre, en uno u otro caso, a una tenaz arquitecturación que va de adentro hacia fuera. Sobre todo en sus paisajes, que parecen ir al encuentro del modelo y no en sentido contrario.
Es decir que Melo es así consciente de su propio protagonismo, aquel que se juega en sus interioridades. Incluso en sus experiencias informales, como él lo recuerda, en ese ejercicio del gesto, en esa autonomía de la mancha y la materia, en esos estados aparentemente marginados de todo control consciente en el que el artista parece convertirse en una suerte de médium., Melo meditó su participación, respetuoso de las estructuras. Es en ese sentido, como alguna vez me lo señalara el desaparecido artista uruguayo Norberto Berdía, que actúa el artista, tomen la dirección que requieran las claves de su expresión, a través de atavismos irrenunciables. No otras son las consideraciones que suscita todos los momentos de la obra de Jorge Melo.

Las hermanas

Óleo - 40 x 50 cm - 2004

Pose

Acuarela - 70 x 50 cm - 2005

Fueye del mañana

Óleo - 40 x 50 cm - 2005
Óleo - 40 x 50 cm - 2005

Figura

Técnica mixta - 50 x 50 cm - 2007

Figuras

Dibujo, grafito en polvo, fibra y lápiz - 100 x 80 cm - 2006

Figuras

Dibujo, grafito en polvo, fibra y lápiz - 100 x 80 cm - 2006

Figura

Dibujo, grafito en polvo, fibra y lápiz 6B - 100 x 120 cm - 2006

Espejos

Óleo - 50 x 50 cm - 2006

El grito del puto Paco

Técnica mixta - 40 x 50 cm - 2007

El Cholo y la Mari

Óleo - 80 x 100 cm - 2006

El ángel de Balvanera - Poema de Ana María Tito


Coinciden en la historia
dos comadres,
un poeta de la zurda
y un viejo cantor de murga.
Que una tarde gris por Balvanera,
fueron testigos y con asombro,
de la caída de un Angel
que sin escombro,
se acomodó como pudo su ropaje
y desplegando sus alas
muy compadre,
se sentó en el roto cordón
de una vereda.
Reposó su fueye entre las sedas
y vibró en un 2 x 4
de un tango entreverado.
Brotaron los acordes cadenciosos
remontando por el aire
en curvo vuelo
y al llegar a las alturas decidieron
desparramar colores desde el cielo.
Se iluminó el barrio en ese instante
y un tango estremeció
la tarde entera,
traspasó las paredes, las vidrieras
y en arrebato pasional
llegó hasta Melo.
Lo envolvió en sus compases melodiosos
y El, lo abarajó con su paleta,
sabiendo que era su meta
en las telas retratarlo.
Y es así que fue pintando,
la alegría y el amor,
la ilusión junto a la pena,
en un mano a mano entre Ivonne,
Gricel y Malena.
Se dice que desde entonces,
si Usted va por Balvanera,
sentirá vibrar un tango
cuando entrecierre los ojos
en una esquina cualquiera.

Las blancas

Óleo - 70 x 50 cm - 2007

Paisaje de Tandil

Óleo - 55 x 55 cm - 2005

Pareja

Técnica mixta - 45 x 60 - 2006

Pelado sólo nomás...!

Óleo - 45 x 60 - 2004

Perfiles

Técnica mixta - 2007

Perfil

Óleo - 50 x 60 cm - 2006

Retrato del pintor

Óleo - 80 x 100 cm - 2002

Don José

Técnica mixta - 30 x 90 cm - 2007

Rostro del puto ajuste

Técnica mixta -60 x 80 cm - 2004